viernes, 13 de noviembre de 2009

Clases en Córdoba - Nota del diario La Voz del Interior





Sutileza oriental para un mundo de papel
Romina Goransky dicta un seminario de origami y furoshiki, tradiciones japonesas sobre el plegado de papel y tela.
por Juliana Rodríguez

El sushi y el karaoke no son las únicas atracciones for export de Japón que se han puesto de moda. Así como el arroz se envuelve o las canciones se desafinan, allá los papeles se doblan. Hoy y mañana se llevará a cabo en Espacio Once29 un seminario sobre origami o papiroflexia, que no es más que ¿el arte, la técnica, el método? de plegar una hoja de papel hasta convertirla en una figura. Romina Goransky, que llega de Buenos Aires a dictar el seminario, no duda: "El origami es un arte milenario. Se relaciona con la inspiración, se pueden crear piezas o resignificar las ya conocidas. Como el bordado o el arte textil, muchos lo tienen por un arte menor porque se presenta en el orden del saber hacer cotidiano".

Si la cultura japonesa, como evoca Romina, impactó a los impresionistas con un idioma visual que desconocían (Van Gogh coleccionaba estampas japonesas, Toulouse-Lautrec se inspiró en ellas para sus encuadres, La ola de Hokusai sorprendió la escena pictórica europea), el origami inspiró a las artes plásticas, la arquitectura, el diseño y la moda (Galliano hizo hace poco una línea para Dior basada en la papiroflexia).

La idea del seminario (que incluye también el arte del furoshiki, el plegado de tela) es explicar, primero, cómo se leen e interpretan los símbolos que señalan cómo doblar el papel. "Una vez que entendés cómo funciona una pieza, podés modificarla, intervenir el papel, innovar en el soporte, añadir elementos lumínicos", añade Romina, también diseñadora y realizadora de vestuario para espectáculos de Gustavo Ceratti y Cris Morena.

A contramano del mundo actual, la regla del origami es no cortar ni pegar nada: sólo plegar. Tradicionalmente, representa figuras del entorno natural japonés: grullas, ranas o flores, por ejemplo; o se realiza como origami modular, una pieza molde que ensamblada con otras hace una sola obra (como el kusudama, bola formada por muchas estrellas de papel).

Pliega que te pliega. Romina, que primero se vinculó al origami desde la moldería y luego tomó cursos en varios centros japoneses y en el centro argentino de Okinawa (una isla al sur de Japón, de donde proviene la mayor cantidad de inmigrantes), repasa los orígenes del arte del papel. Los primeros documentos japoneses que dan cuenta de pliegues eran instrucciones estándar para doblar un kimono. Luego, se publicó un libro protocolar con las instrucciones para el orikata, la técnica para envolver regalos con papel. El siguiente libro del que se tiene data ya es, directamente, un instructivo para plegar grullas. De hecho, en las estampas japonesas de Utamaro, que recrean escenas de la vida cotidiana, se ve asiduamente a mujeres de boca finita crear grullas.

"Era por entonces una actividad hogareña, pasada de abuelos a nietos. Involucraba al juego, a la creación y era indicada para el desarrollo de nociones geométricas y matemáticas en los chicos", añade Romina. Además, los japoneses sostienen que hacer origami aporta calma y paciencia a quien lo practica. "El cuerpo tiene memoria del movimiento, así que uno aprende haciendo. Además, el origami te concentra, te centra, lo logran su cadencia de movimientos y el ritmo propio del plegado", agrega.

El seminario será, además, sobre furoshiki, que pliega cuadrados de tela, aunque con un destino más utilitario (sirve para crear bolsos, carteras, porta- botellas). En el siglo XIII, los jefes militares doblaban y guardaban su ropa en un paño para ponerse un kimono de baño e ingresar a los baños de vapor. De esta manera, furo significa vapor y shiki, tela o manta. Con los años, se hizo normal transportar la mercadería en furoshiki.

"Se relaciona con el origami desde la síntesis y la simpleza", dice Romina, que recuerda que el furoshiki era lo que envolvía los regalos para bodas y nacimientos, con telas estampadas con imágenes simbólicas de buenos augurios. Con esta técnica (con la que con tres nudos se crea una mochila) dio un taller en la Bienal de Arte Textil en Buenos Aires, que se repetirá aquí en estos días. Los materiales, apenas hoja y mantel.

Para agendar

Origami. Seminario para principiantes, hoy de 19 a 22; mañana de 15 a 19. Seminario avanzado, mañana de 9 a 14. Furoshiki, hoy de 17 a 19; mañana de 19 a 22. Costo de cada curso: $ 50 a $ 100.

Cupos limitados. En Espacio Once29 (25 de Mayo 1129). Tel. 453-5978 ó 153-081116.

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